Más vale maña que fuerza... refrán popular que también se aplica en el futbol.
De esto se encargó de demostrar el Marathón de Honduras, al vencer 2-0 al Cruz Azul, en el primer juego de la fase de grupos de la Liga de Campeones de la Concacaf correspondiente al sector A.
La Máquina dominó, tuvo las opciones de gol más claras durante los primeros minutos de juego, pero le faltó claridad frente a la portería del rival.
En cambio, el Marathón supo sacar provecho, no sólo de su localía, sino también de su gran velocidad y contundencia.
Los dirigidos por Benjamín Galindo saltaron a la cancha del estadio Monumental con la firme idea de proponer el encuentro, y así fue, sobre todo ante la iniciativa que el rival les cedió.
Parecía que todo era cuestión de tiempo para que cayera el primer gol del conjunto mexicano, sobre todo por las constantes llegadas por el centro derivadas de desbordes por las bandas, las cuales jalaron la marca del rival y dejaron frente a la portería a Miguel Sabah y compañía, sin embargo éstas no pudieron ser aprovechadas.
Con el paso de los minutos, el cuadro local comenzó a dar muestra de su táctica a seguir, permitirle la posesión del balón al Cruz Azul para sorprenderlo con contragolpes.
Marvin Antonio Chávez fue la principal arma del Marathón, un jugador con una velocidad extraordinaria, además de un gran manejo y control del balón, a partir de él comenzaron a surgir las primeras jugadas de peligro en la portería que defendió Valdivia, quien al menos durante los primeros minutos se mostró seguro y con buenas cualidades.
Los jugadores de la Máquina se vieron sorprendidos, pero nada que inquietara de más, pues aún seguían teniendo la posesión del balón y el mayor número de opciones de gol.
Como si todo se tratara de aquella fábula en la que la tortuga le ganó la carrera a la liebre, así se podría describir el primer gol que le anotaron al Cruz Azul, que hasta al minuto 30 dominó el encuentro, con una gran cantidad de jugadas de gol, en contra de una que otra del rival.
La efectividad del cuadro hondureño hizo su aparición en el terreno de juego.
Una simple equivocación de la defensa que no pudo rechazar un centro, provocó el primer gol del encuentro por conducto de Carlos Pompilio Mejía, quien con velocidad dejó atrás la marca y cruzó con potente disparo ante la salida de Valdivia.
CONTRA LA CORRIENTE
Con un gol en contra, los cementeros se reordenaron y volvieron a insistir.
En cuanto a actitud no se falló, pues los jugadores nunca bajaron los brazos, volvieron a hacerse del control del balón y siguieron buscando la portería del rival, aunque al no tener la respuesta esperada, el ánimo del equipo comenzó a decaer, lo que permitió que el partido se nivelara, sobre todo en el medio campo, pues aun con el gol en contra, la portería del Cruz Azul seguía sin tener mayor apuro ante los delanteros rivales.
LECCIÓN APRENDIDA
Ya para la segunda parte, Benjamín Galindo mandó al terreno de juego a Rogelio Chávez, en sustitución de Jaime Lozano, para que pudiera hacer frente a la salida del otro Chávez, quien seguía dando dolores de cabeza con su habilidad.
El cambio resultó, al menos aparentemente, pues el Cruz Azul retomó el control del medio campo y ganó llegada en contra de la portería del rival con la aparición de Rogelio Chávez.
EL TIRO DE GRACIA
Cerca del segundo tercio de partido, una vez más la contundencia del rival terminó por darle el golpe definitivo a los cementeros, que si bien habían retomado el control, no así la concentración, causada, posiblemente, por el exceso de confianza.
Marathón tuvo su primer y único tiro de esquina al minuto 55, claro ejemplo del dominio visitante, pero de él surgió el segundo gol del partido.
En una jugada en la que tranquilamente se cobró en corto, se le dio el tiempo a Carlos Mejía para que levantara la cara, observara el movimiento de sus compañeros, y lo que es peor aún, pudiera mandar un centro con ventaja y que fue aprovechado por Beata, quien con un remate de cabeza mandó el balón al fondo de la portería ante la ineficiente salida de Valdivia.
Ahí se definió el encuentro; con dos goles de ventaja, el Marathón reforzó su técnica, se encerró en su portería, a la espera del rival para sorprender con el contragolpe.
ESTADIO OLÍMPICO METROPOLITANO
LOS GOLES
1-0. Minuto 33: La defensa de Cruz Azul no pudo despejar de forma correcta un centro al área chica, el balón fue recuperado por el rival, Saúl Martínez lo tomó cerca del área grande y lo filtró por la derecha a la llegada de Carlos Pompilio Mejía, quien lo condujo a la línea final y ante la salida del portero Valdivia cruzó al poste izquierdo para poner a su equipo al frente en el marcador.
2-0.- Minuto 55: Tiro de esquina por la banda izquierda, el balón es tocado en corto para Carlos Mejía, quien mandó un centró a los límites del área chica, donde Mario Roberto Beata remató de cabeza ante la mala salida de Valdivia, quien se quedó en el camino y permitió que el balón entrara sin mayor problema en el segundo y último tanto del encuentro.
MARATHÓN
Juan Ángel Obelar; Dennis Gustavo, Érick Norales, Mario René Berríos, Mario Roberto Beata; Óscar Armando Bonilla, Juan Carlos García, Mariano Eli Acevedo; Marvin Antonio Chávez, Carlos Pompilio Mejía (Franco Sosa, 85') y Saúl Martínez.
CRUZ AZUL
Julio César Valdivia; Roberto Carlos Juárez, Julio César Domínguez, Jaime Lozano (Rogelio Chávez, 46'), Marcelo Adrián Carrusca (César Villaluz, 61'); Gerardo Torrado, Gabino Alberto Velasco, Édgar Andrade Pablo Daniel Zeballos, 51'); Edgar Gerardo Lugo, Alejandro Vela y Miguel Sabah.
ÁRBITRO
Walter López (guatemalteco)
Auxiliares: Emérito Leal y César Ruano (guatemaltecos)
AMONESTADOS
Marathón: Carlos Pompilio Mejía
Cruz Azul: Gerardo Torrado, Gabino Alberto Velasco y Alejandro Castro
EL "OLE" SE ESCUCHÓ EN EL MUNICIPAL
Se cambiaron los papeles
Increíble, pero cierto, el "Ole" se escuchó en las gradas del estadio Municipal de San Pedro Sula, Honduras, pero entonado por hondureños.
Desde hace ya un tiempo, este cántico que se usa en las corridas de toros ha caracterizado el control absoluto del balón por parte de los equipos mexicanos, lo cual provoca en el rival tal reacción que los hace caer en los excesos al golpear al rival ante la desesperación.
Esta circunstancia se vivió ayer, pero a la inversa, el Marathón comenzó a tocar el balón de un lado al otro en la recta final del encuentro ante el Cruz Azul, equipo que desde un principió recurrió a las faltas para intentar detener al rival.
Los papeles se cambiaron, ahora sólo falta que México ya no sea el gigante de la Concacaf y se quede en el camino de la Liga de Campeones de la zona.
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Hace 14 años
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