martes, 16 de septiembre de 2008

Un chivito para las estupideces de Vergara

El sentido común, dicen, es el menos común de los sentidos. Jorge Vergara es un ejemplo de ello. La ventaja que le brinda el dinero es que siempre al encuentra un tonto que cargue con la culpa que debería compartir o asumir a cabalidad.

En esta caso el chivo expiatorio del rebaño sagrado apunta a la persona de Efraín Flores, un técnico experimentado en fuerzas básicas, pero novato en el máximo circuito donde ha recibido varios golpes. El más certero y doloroso de su propia directiva.

Hemos insistido en esta columna en las inversiones que suele hacer Vergara en el extranjero, como la compra del Saprissa de Costa Rica o un equipo de la segunda división de China, pero lo poco que gasta en reforzar a las Chivas, equipo del que es amo y señor. Un cacique.

Vergara dice que apuesta por la cantera; en eso basa su negativa para comprar jugadores en el mercado interno. Ni siquiera la necesidad lo hizo cambiar de opinión.

Este año se fueron Omar Bravo y Francisco "Maza" Rodríguez, ambos jugadores base en el ataque y la defensa. Pero quizá la pérdida más dolorosa fue la del guardameta Luis Ernesto Michel -aunque fue por lesión-, que terminó por resquebrajar la columna vertebral del equipo.

Así acepto el reto sin chistar Efraín Flores, sumiso ante los designios del cacique, pero en el pecado llevó la penitencia. El sábado en la noche le pasearon a su relevo en la tribuna, justo en la deshonrosa derrota 5 a 2 ante el Pachuca.

Ahora su función será doble, fungir como técnico (al menos en el papel) y poner la cara ante los cuestionamientos del mal paso del chiverío. A menos que de pronto recupere su dignidad y renuncie o lo renuncien antes de diciembre, cuando oficialmente vence su contrato.

Regresando con Vergara, apostó con la cantera y perdió, pero su billetera sigue ganando. Pocos saben que se embolsa fortunas con la venta de franquicias del Guadalajara en toda la República donde se forjan jovencitos, muchos de ellos, que jamás llegarán al primer equipo.

¿A quién le importan esos chicos y el futuro del rebaño? Los hechos indican que ni siquiera al propio Vergara, que para cualquier cosa tiene a su chivito de pretexto.

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