Aún no despega

ictoria, derrota, empate y varias dudas. Es el saldo americanista después de tres partidos. La realidad es que por funcionamiento América no merece más que los cuatro puntos que lleva hasta ahora.

Este domingo ante Morelia apenas fue justo el empate, durante lapsos prolongados quedaron a deber y Guillermo Ochoa resolvió otras dos intervenciones "in extremis". Algo similar a lo que ocurrió en la presentación ante Santos Laguna.

Además de Ochoa, bien por Enrique Vera que está siendo de mucha utilidad, Salvador Cabañas en su habitual forma y Enrique Esqueda, aquel jugador que fue crucificado injustamente después del Preolímpico y la mala campaña de América. Sin duda es un jugador con condiciones, que vale la pena darle una oportunidad. Se la está ganando.

Sin embargo, los principales cuestionamientos de Ramón Ángel Díaz tienen que estar en la defensa, que sigue sin ser segura, y en la generación de futbol en medio campo. Federico Insúa volvió a ser intermitente y Juan Carlos Medina no termina por conectarse. El Negro tiene mucho futbol, no tengo duda que recobrará el nivel que mostró en Atlas. Ojalá le tengan paciencia, en un equipo donde suele no haberla.

En relación a la defensa, volvieron a sufrir en ausencia de sus dos jugadores más importantes: Sebastián Domínguez y Oscar Rojas. Recibió Ismael Rodríguez la oportunidad de iniciar y se hace expulsar tontamente. Hay poco fondo en la banca americanista para cubrir ausencias. Creo que es ahí donde está el real problema de este equipo, por que conocemos a los que están y tampoco son mucho mejores. Si no hay saldo en números rojos es gracias a Ochoa, siempre Ochoa.

Esto apenas comienza. Raro sería que a tan poco tiempo de la llegada del Pelado Díaz encontráramos funcionamiento colectivo brillante. Lo que es un hecho es que hablamos de un equipo que defensivamente es frágil, salvo en la portería.
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