Pensaban que iba a llegar este miércoles a México. ¡Cómo, se equivocaron! Yo les diría que no lo esperen tampoco para el jueves ni para el viernes ni para el sábado, porque el hombre tiene todo preparado para ir a cazar a su campo (Entre Ríos) el fin de semana, así que recién irá para allá la semana que viene. Ramón Díaz tiene sus tiempos y si quiere contar con él, el América deberá adaptarse a ellos”.
Martín Liberman es periodista de Fox Sports y de la radio La Red de Buenos Aires. Además, es amigo del flamante entrenador de Las Águilas desde hace más de diez años. Sin duda, es el informador de vínculo más estrecho con Ramón. Y considerando que el técnico no habla públicamente desde su tumultuosa y abrupta salida de San Lorenzo (se marchó peleado con la mayoría del plantel) y lo hace con muy escasas personas, los dichos de Liberman son algo así como la palabra no oficial del entrenador.
Indagando un poco en el círculo más cercano del Pelado, aseguran –siempre con estricta reserva de la fuente– que la razón de la demora en su partida pasa porque pretende que le envíen el contrato para leerlo y desmenuzarlo tranquilamente el fin de semana. Su objetivo es no encontrarse con ninguna desagradable sorpresa al pisar México, donde ya no podría dar marcha atrás.
Ramón Díaz también le metió freno a la urgencia americanista porque aspira a que le aseguren, de algún modo, que van a adquirir a alguno de los refuerzos que él pidió: Andrés D’Alessandro, Gonzalo Bergessio, Pablo Aimar y Jonathan Botinelli. En síntesis: todavía no asumió, pero la gente del América ya comienza a conocer los caprichos de Ramón.
La gata se apunta
Mientras, Gastón Fernández afirmó que el domingo viajará a México para estar en el draft. La Gata fue el futbolista clave (y el goleador) en el título ganado por el San Lorenzo de Ramón Díaz el año pasado. “Salió que yo me quería ir sí o sí de México y es mentira –confió a La Afición–, no tengo ningún problema en quedarme allí aunque sé que hay un interés de Independiente. Desde ya, si Ramón me llama para ir al América sería un orgullo e iría con gusto. Por Ramón y por el América, que es un club impresionante”.
Un ganador que divide aguas
> Garantía
Ramón Ángel Díaz presenta un par de curiosos récords en su particular currículo: 1) es el técnico más ganador en la historia de River (siete títulos), lo que no es poco decir, siendo justamente River el club con más campeonatos locales en el futbol argentino; y 2) salvo su breve experiencia de un año y medio con San Lorenzo, no ha dirigido a ningún otro equipo que su querido club de la banda roja. Dicho de otro modo: de los 13 años que ya acumula como entrenador (debutó a mediados de 1995), apenas siete los empleó dando indicaciones. La otra mitad (mucho) la dedicó a la vida en familia: viajar por Europa y cazar en su campo de Entre Ríos, Argentina, otra de sus grandes pasiones. Es un dato por demás llamativo: sus amigos y defensores aseguran que trabajó poco porque Ramón es selectivo a la hora de elegir propuestas. Sus detractores sostienen que no trabajó durante tanto tiempo porque su presencia siempre acarrea conflictos.
> Jugador
Apodado Pelado desde pequeño porque no le crecía demasiado el pelo, se crió en las divisiones menores de River, el club del que era hincha su padre, quien le puso Ángel de segundo nombre en honor al mayor símbolo de la historia riverplatense: Ángel Amadeo Labruna. Y fue justamente Labruna quien le dio cabida en la Primera División en 1978, aunque solía hacerlo ingresar en los segundos tiempos para que pulverizara a las defensas rivales con su prodigiosa velocidad. César Luis Menotti lo llevó a la selección juvenil y allí armó una recordadísima dupla con Diego Maradona, con el que ganaría el Mundial en Japón 79. Ya en los mayores, tuvo un paso fallido, como todo el equipo, por el Mundial de España 82 y no jugó en México 86 e Italia 90 porque, como se comentaba en voz baja, estaba peleado con Maradona. Jugó en Nápoles, Fiorentina, Inter y Mónaco, volvió a River en 1991 para ser campeón y goleador a los 32 años.
> El inicio
Casi sin tiempo para adaptarse al retiro, Díaz aceptó el ofrecimiento de los dirigentes de River para que tomara al equipo en un momento de crisis. Sus inicios fueron durísimos: el equipo perdía todo lo que jugaba, los programas cómicos de tv se burlaban por sus expresiones casi autistas al borde del campo de juego. Uno de quienes más se mofaba era justamente Marcelo Tinelli, quien con sus shows de humor se convirtió en el señor rating de la tv argentina de los últimos 20 años y en 2006 sería el principal impulsor ideológico y económico de la contratación de Ramón Díaz para el San Lorenzo, club del que Tinelli es hincha fanático. Burlado en los programas de tv por un lado, por el otro los jugadores de mayor peso, tales los casos de Enzo Francescoli, Astrada, Hernán Díaz y Sergio Berti, comentaban por lo bajo que el entrenador no entregaba ni medio concepto táctico, que no sabía nada de nada y que las charlas técnicas las daban ellos.
> Conflictivo
Los dirigentes de River le pusieron un objetivo: la Copa Libertadores de 1996. En cuanto quedara eliminado, lo echaban. Pero, eterno ganador como es, River ganó esa Copa (la segunda y última de su historia) y después conquistó el tricampeonato en Argentina con un equipo que jugó el mejor futbol de los últimos 30 años en la historia del club. Ya no era el mismo Ramón timorato y temeroso. Ahora, con los éxitos había acumulado poder. Y se tomó venganza de quienes lo cuestionaban. Así fue “limpiando” a muchos jugadores de peso y también les cerró la puerta a varios dirigentes. Por ese motivo no resultó extraño que en dos ocasiones, inmediatamente después de sendos campeonatos conquistados (Apertura 99 y Clausura 02), haya tenido que marcharse del club. Los directivos no toleran que quiera meterse en todo. En una ocasión explotó un conflicto porque él quería determinar qué empresa de seguridad debía contratar el club, quería hacer el favor a un amigo.
> El regreso
Luego de tres años y medio sin dirigir, San Lorenzo le dio la posibilidad de trabajar. El club, uno de los cinco grandes de Argentina, venía de campañas pésimas y Ramón, en su primer torneo, sacó campeón al equipo potenciando a jugadores que eran suplentes o estaban en muy bajo nivel. Los casos más resonantes fueron los de la Gata Fernández y el de Agustín Orión, eterno suplente de Sebastián Saja. Ramón se la jugó por él y Orión llegó a la selección. La opinión pública y buena parte del ambiente creyó ver en el renovado Ramón Díaz a un hombre cambiado, más dócil y de relación más cálida con sus dirigidos. Pero de repente explotó la bomba en San Lorenzo. “Ya lo van a ver, el verdadero Ramón aparece cuando le dan poder”, fue el comentario que algunos ex dirigidos por Ramón en River. Y tenían razón, después salieron a la luz todas las diferencias que había entre el plantel y Ramón.
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